Ir al contenido principal
El día que empecé a quererme, dejé de necesitar culpables.
No tuve más necesidad de lanzar mis miedos a la cara de nadie. No fue preciso justificarme ni reprochar. Descubrí que la vida era inocente y no conspiraba contra mí.
El día que empecé a tenerme en cuenta, de repente no estuve ni encima ni debajo de nadie. Mis principios eran los míos. No necesitaba defenderlos ni imponerlos. Ni siquiera precisaba perpetuarlos en el tiempo, porque podía ir adaptándolos a mi crecimiento vital. Descubrí que no requería aprobar ni ser aprobado.
El día que empecé a considerarme mi propio compañero, no volví a estar solo. Ya no fue necesario mendigar reconocimiento ni sacrificar mi esencia. Me liberé de la necesidad de sentirme arropado y, paradójicamente, encontré más abrazos que nunca. Descubrí que, en realidad, la soledad medía mi propia ausencia.
El día que empecé a decir no cuando lo necesitaba y sí cuando lo sentía, dejaron de ser importantes los asentimientos o las negaciones. Entendí, a un nivel profundo, que el respeto no era fidelidad inquebrantable. Descubrí que cada entrega incondicional estaba ocultando múltiples condiciones.
El día que empecé a ser yo, tomé conciencia plena de que no sabía quién era. No fue preciso tener una respuesta elaborada o un plan fijo. No fue necesario, nunca más, poseer certezas plenas. Y desde esa ignorancia patrocinada, comencé a ser un poco más sabio.
Descubrí, que cuando me permitía vaciarme, estaba abriendo
espacio para poder llenarme de cosas nuevas.
Sé que me quedan muchos nuevos comienzos en muchos días nuevos. Cada uno de esos días, una parte de mí morirá para que otras den a luz....

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Conoces las principales áreas de la Psicología?

Hoy les vengo a hablar de mi profesión, y en lo personal les hablare de unas cuantas áreas que hay dentro de esta hermosa carrera, de la que estoy profundamente orgullosa de haber estudiado, así que te pregunto ¿Conoces las principales áreas de la Psicología?  El psicólogo no es sólo quien se preocupa del mal comportamiento, no es sólo el que trabaja con aquel al que algún trastorno de personalidad le aqueja, ¡para nada! El psicólogo es mucho más y puede servir a la sociedad desde distintas áreas, algunas más lucrativas que otras, otras más satisfactorias que algunas, nuestro campo de labor es impresionante. Hoy por hoy, la psicología se podría dividir en las siguientes áreas de intervención: Psicología educativa:  que se preocupa de apoyar y desarrollar políticas integrativas de educación, estudiando los distintos mecanismos y estilos de aprendizajes y tratando de adecuarse a las distintas realidades interpersonales e interdisciplinarias. Psicología forense o jurídica
Freud decía que las coincidencias no existen; que cuando nos topamos con alguien de casualidad es porque ya lo habíamos visto antes con el rabillo del ojo y lo dejamos pasar, pero se quedó ahí, en nuestro subconsciente y no paramos hasta conseguirlo. Quizás eso es lo que me pasa contigo, tal vez en algún momento me topé contigo sin darme cuenta, quizás en otra vida o en un tiempo que no logro recordar. El hecho es que quiero intentarte hasta que me salgas bien; y no sé si llamarte coincidencia, casualidad o destino, lo que sé es que quiero seguir topándome contigo en el camino hasta poder un día terminarlo contigo.

¿Por qué creemos que las emociones vienen del corazón?

Pues bien, estoy segura que muchos hemos dicho (y me incluyo porque antes de que estudiará Psicología yo también cometía ese error) que todo lo que sentimos proviene del corazón, pero lo cierto es que lo que sentimos en nuestro sistema cardiovascular es simplemente una reacción provocada por el cerebro. Algunas civilizaciones antiguas creían que el alma se ubicaba en el corazón, y era allí de donde surgían los sentimientos y emociones. Tanto así que la palabra «recordar» (que hoy relacionamos con la memoria y sabemos que la memoria está en el cerebro) significa «volver a pasar por el corazón». Pero más allá de la concepción mitológica del corazón, hoy conocemos sus funciones y sabemos que nada tiene que ver con los sentimientos, pensamientos y recuerdos. ¿Por qué continuamos relacionando el corazón con las emociones y, en particular, el amor? ¿Qué tiene que ver el corazón con el amor? Bueno, el amor aún es un gran misterio para la ciencia, pero los científicos tienen algunas p