Bienvenido… bienvenido a mis ruinas, por favor ten cuidado y no tropieces con los escombros de mí corazón roto y con estos versos que son para ti. ¿Sabes? Me sorprende que hayas encontrado un camino hacia mí… hacia mi vida.
Oye perdona por la lluvia, ya sé que no para de llover, pero es cosa del mal de amores. Ten cuidado y no metas lo pies en los charcos y te hundas en mi tristeza, y luego no encuentres como salir de aquí.
Antes siempre tuve compañía en mi soledad, pájaros que vivían en mi cabeza y se alimentaban de los poemas que escribía de amor…, pero hace ya tiempo decidieron emigrar hacia lugares donde el sol calienta su plumaje, esos pájaros me recordaban a ti.
Ahora que tengo tiempo quiero enseñarte mi rincón favorito de estas ruinas… mira ahí, entre aquellas dos paredes, ese es mi rincón favorito, allí aun queda esperanza, allí me siento y pienso que algún día todo esto pasara y no será más que un mal recuerdo.
Porque si algo he aprendido es que nada es para siempre…
Ni siquiera la tristeza...
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