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Mostrando entradas de noviembre, 2016
Cuenta una leyenda que, cuando el Sol y la Luna fueron creados, se amaban con una pasión y profundidad inconmensurables, sin medida, intensamente. Eran dos amantes libres, el ardiente fuego dorado de uno sobre la fría calidez plateada del otro… Cuando el Gran Dios decidió que habían de separarse, el Sol para iluminar el cielo de día, la Luna para alumbrarlo suavemente de noche, sus corazones, sus almas, parecieron partirse en dos. Estaban condenados a permanecer separados por siempre, tratando de alcanzarse y nunca lográndolo, en una danza infinita, dolorosa. El Sol trató de ser fuerte, de fingir estar bien, y lo consiguió, destellando fuerte, muy fuerte, en el firmamento. La Luna, sin embargo, no podía soportar la tristeza de estar sin su amado, y melancólicamente brillaba en el cielo. El Gran Dios, compadeciéndose de ella, le obsequió con millones de estrellas, pequeños pedazos de luz que trataban de acompañarla, de consolarla. Pero la Luna añoraba el fulgor ardiente d
Le haces el amor, te la coges,  te la das, ¿y qué sigue?  Sigue cada uno cambiarse de ropa,  tomar una ducha  porque aún hueles a piel ajena.  Si es motel, cada uno por su lado.  Si es tu casa, toca tender las sábanas.  Si la quieres, le preparas el desayuno.  Si aún no la quieres,  síguetela cogiendo,  eventualmente le tomarás cariño. Si aún no sabes cómo le gusta el café,  cómo le gustan los besos,  sus zonas sensibles,  si no sabes  esos problemas que la acogen,  sus miedos más profundos  o sus sueños,  en definitiva, aún no te la coges lo suficiente. Si se va de madrugada o en la mañana, no te confundas,  no lo hace por protocolo  o porque esté ocupada,  simplemente no tiene ganas de quedarse.  Si compartes cama con una mujer  y no vuelve,  algo estás haciendo mal  y no tiene nada que ver con el tamaño de tu miembro  o cómo coges,  sino quizás no la comprendes, no la escuchas,  no la haces reír  o no se sien
La vida es un beso de buenas noches, una conversación con tu hermano, una caída de la que pensabas que no te levantarías jamás, una manta y un mar de lagrimas  después de un domingo de sofá y película, un "lo siento" después de "cagarla", la mejor decisión de tu vida, unas copas y unas risas con las amigas, el error que marcó tu vida y del que todavía no has aprendido, una muestra de confianza a quien no la merecía, una decepción que te dejó tocada, un te quiero que deberías decir en voz alta, un amor que casi te mata, una remontada... La vida son esos pequeños momentos que, sin ser consciente, dan forma a la verdadera felicidad. Sólo es feliz quien sabe lo que tiene y lo disfruta, quien lo aprecia y no lo cambia, quien comprende que la felicidad es hoy y no mañana.
Bienvenido… bienvenido a mis ruinas, por favor ten cuidado y no tropieces con los escombros de mí corazón roto y con estos versos que son para ti. ¿Sabes? Me sorprende que hayas encontrado un camino hacia mí… hacia mi vida. Oye perdona por la lluvia, ya sé que no para de llover, pero es cosa del mal de amores.  Ten cuidado y no metas lo pies en los charcos y te hundas en mi tristeza, y luego no encuentres como salir de aquí.  Antes siempre tuve compañía en mi soledad, pájaros que vivían en mi cabeza y se alimentaban de los poemas que escribía de amor…, pero  hace ya tiempo decidieron emigrar hacia lugares donde el sol calienta su plumaje, esos pájaros me recordaban a ti.  Ahora que tengo tiempo quiero enseñarte mi rincón favorito de estas ruinas… mira ahí, entre aquellas dos paredes, ese es mi rincón favorito, allí aun queda esperanza, allí me siento y pienso que algún día todo esto pasara y no será más que un mal recuerdo.  Porque si algo he aprendido es que nada es para siem
Nos gusta creer que tenemos toda la vida por delante. Nos autoengañamos a nosotros mismos pensando que así es.  Siento decirte que estás equivocado. Que todo acaba. Que lo que no riegas se marchita. Que lo que no cuidas lo pierdes, y puede que para siempre, porque el poder de las segundas oportunidades debería estar limitado solo para aquellas personas que están dispuestas a cambiar. Por eso deberíamos decir mas te quiero y te echo de menos. Deberíamos quedar más. Reir más. Follar más y odiar menos.  Deberíamos perdonar, que no olvidar. Aceptar y escuchar. Despeinarnos, bailar y cantar al ritmo de nuestra canción favorita. Cumplir sueños. Perdernos por los lugares que no aparecen en los folletos de viajes. Disfrutar de la soledad, que aunque muchos se empeñen en lo contrario, no es mala. Disfrutar, vivir el día a día.  Que cuando llegue el día en el que no haya un mañana, lo último que recuerden de ti sea una sonrisa, un te quiero o tus infinitas ganas de comerte el mund
Todos tenemos un amor cabrón, un amor perro, un amor canalla... un amor que nos ha jodido antes, durante y después la existencia, por el que hemos perdido incontables horas de vida. Todos tenemos un amor que nos quería muchísimo, aunque lo hiciera rematadamente mal. Pero nos quería muchísimo, por si no ha quedado bastante claro. Un amor que nos adoraba... a cachos/trozos/ratos. Un amor que no se cansaba de decirnos lo loco que estaba por nosotros, pese a que, continuamente, nos demostrara lo poco que le importábamos. Nosotros nos quedábamos siempre con la primera parte. Con las benditas (malditas) palabras, qué más daban los (des)hechos. Un amor del que sólo recibíamos migajas, de esas a las que nos aferrábamos, de esas con las que nos conformábamos... porque al menos era algo, al menos había algo, al menos nos daban algo... tampoco podíamos quejarnos... Todos hemos tenido mariposas hijas de puta revoloteando por nuestras entrañas, que nos confundían y nos hacían pensar que como ese a
Me declaro culpable, culpable de tener pensamientos encontrados. Con sentimientos que a veces confunden hasta a mi sombra. De tener días en los que mi bipolaridad se encuentra al máximo, y otros, en los que la dulzura se apodera de todo lo que hago. Me declaro culpable, pues he de confesar que algunas veces pienso que no hay salida. Me declaro culpable, de reconsiderar todas esas “posibilidades” y otras en las que sin importar en las consecuencias he dejado de pensar; y todo ha salido de maravilla. Me declaro culpable de cada uno de los momentos que he vivido, pues soy la única que ha elegido cada uno de ellos; sin recriminar al espejo a la persona que ha hecho esas elecciones. (yo) Me declaro culpable, de creer en mí o en las personas en general. En algún punto todos fallamos. Me declaro culpable, de tener conocimiento de ello, pues de esta forma conozco que la caía o desilusión dolerá más pero será más tolerable para todos los involucrados. Y después de todo; querer ser/estar co
Ese fue el día  más triste desde que tengo memoria, ese en que supe de tu partida, cómo lidiar con una pérdida de un ser lleno de luz, de amor, de puritas cosas buenas. Esa persona que te hacía olvidar todo con su sonrisa de oreja a oreja, tan grande que te perdías en ella. El que cantaba por las calles, corría sin parar, destruía motores, disfrutaba el hecho de ver las luces a toda velocidad de la ciudad, agarrados de la mano y mirandos sin parar, sin miedo, sin importar a dónde llegar. Nunca te voy a olvidar siempre vivirás en mi, en mis recuerdos en mis pensamientos, en mis anécdotas por contar, por qué tú, solo tú me enseñaste el significado de vivir y si hoy persigo una vida fluida y perpleja, entendí que no es nada sin ese fuego que te consume por dentro, sin las ideas locas, las escapadas antes de amanecer. Desde que te conocí, voy buscando no lo común sino lo extraordinario, lo que me hace sentir viva, no le tengo miedo a romperme, me enseñaste a construirme y espero en lo m
Me gusta la gente auténtica, esos a los que les brilla el alma, que se emocionan con un mensaje o con una canción, que pasan por tu vida dejando recuerdos eternos. Esos que aunque les guste el sol necesitan tus tormentas y también aquellos a los que les gusta la lluvia pero necesitan tus rayos de luz. Esos con los que tus miradas chocan, y vete a saber dónde van los besos que salen despedidos de semejante accidente. Esos que te hacen sonreír, porque sí, porque no y por si acaso. Los que se visten con lo que les apetece, mezclan dulce con salado, bailan sin música, te invitan a amaneceres, hacen lo que les da la gana y te comen la cara hasta que tu risa reviente. Los que valoran unas palabras sinceras, un te echo de menos que baila lágrimas y un te quiero que tiembla. Esos que se niegan a ser instantes, porque saben que lo bonito es que sonrías cuando los recuerdas. Esos que te piensan, aunque no lo sepas y que de vez en cuando deslizan un qué tal, por si las moscas. Esos que guardan u
¿Quieres que te diga que es vértigo?... Es levantarse cada día y enfrentarse al mundo, a este mundo donde ya he tropezado, me he abierto la cabeza varias veces y mi corazón se ha roto en mil pedazos, pero aun así cada día me levanto con la mejor de mis sonrisas y comienzo de nuevo. ¿Sabes una cosa? Puede ser que nadie nos pueda salvar, puede ser que al final la vida solo sea ese montón de ropa sucia que vamos acumulando en la silla de la habitación, o las lavadoras que ponemos al cabo de la semana, o ese café a media tarde que tómanos con una amiga a la que le contamos nuestras penas…  puede ser que la vida solo sea eso ¿Quieres que te cuente un secreto?  TIENES QUE APRENDER A BAILAR, y debes  bailar siempre que puedas, en el pasillo de casa, en el salón, por la calle cuando vas de camino al trabajo e incluso cuando tu jefe te está echando la bronca de turno… aprende a bailar con la mente a oír música con el corazón y a sentir con el alma.  Recuerda “HOY ES SIEMPRE TODAVÍA” Nunc
¡Vaya lío! Lo de su risa y su manera de provocarla, vaya lío de estaciones, que parece que el verano no se va porque brilla más que el sol. Que te pinta una playa en su forma de andar, como las olas en pleamar. Se come la orilla cuando quiere y no se mide por prototipo que la defina. Se va con tiempo para saborear un café, y su nirvana, el tuyo y el mío, es la musica de su carcajada. La vida no se planea, porque no es una guerra, pero si la tienes en tu bando, ganas y luchas a gusto. Que si quita la pena a mordiscos, y cuando la miras te quedas como un maniquí de Harrods, bienvenido y lo siento, es exclusiva, y hasta yo intenté firmar con ella un contrato. No es mía, ni tuya, ni de nadie; ni siquiera del mundo, porque ella... En fin, ella gira en otra órbita.
Cada día valoro más el haberte conocido. Si una palabra te define es “claridad”. Tienes las cosas claras y demuestras eso a cada momento, y no sabes cuánto te agradezco que eso sea así. Estaba cansado de gente que dice una cosa y hace otra. Que dice protegerse bajo no sé qué coraza para que no le dañen, pero no le importa lo más mínimo jugar con los sentimientos de los demás. Si no están preparados para querer, que se queden en su casa y no timen. Que no pidan coherencia cuando lo que son es trileros del amor. Si quieren perder tu tiempo, que les echen las cartas o que se vayan al bingo, pero que no jueguen con el tiempo de los que desde el primer momento dejamos claro lo que queremos y lo que ofrecemos. La vida me debía un alma pura como la tuya. Tus “Para siempre, ¿eh?”, tus “Te quiero” sinceros, tus miradas siempre llenas de amor, tus actos siempre dulces hacia mí, tus “Perdona” instantáneos, tu saber compartir espacio como no he visto nunca, tus brazos siempre abiertos para conso
Tuve que olvidar que preferías comer sentado, que no te gustaban las fiestas de los jueves. Que cuanto menos hielo tenga el vodka más frío te resulta, que al metro siempre entrabas cantando. Tuve que olvidar tu olor a mar, tu manía de dejar abierto el champú cada mañana, tu obsesión con entregar las cosas con la mano derecha. Tuve que olvidar tu manera de pronunciar mi nombre, tu sonrisa en los enfados, tu beso de buenos días con sabor a café, el concierto de Andrés Suárez en la octava fila. Los paseos mirando a otras chicas con tu corazón apuntando a mi nombre, tus bailes descarados, que volar era tu verbo favorito. Tuve que olvidar tu gorra de domingo, tu silencio en la cama, el abrazo que me destrozaba el pecho antes de dormir, la ciudad que me enseñaste, que tu playa era la más bonita del mundo. Olvidé aquel mensaje, nuestra primera vez, tu canción, el ángulo obtuso de tu cepillo de dientes. Tuve que olvidar los nombres de los sitios que nos vieron juntos, y de los que nos vieron r
¿Y si soy yo? ¿Y si la idea que he creado en mi cabeza sobre cómo debe ser el amor está totalmente equivocada?... Últimamente vengo observando las relaciones de pareja de mi entorno y veo demasiado conformismo y eso me entristece, me da rabia y mata a la romántica que vive en mi. Veo que la gente se conforma con cualquier tipo de relación, porque eso les hace sentir que no están solos, y creo que realmente es al revés, estar con alguien que no te da lo que necesitas hace que estés más solo, más frustrado y más triste a la larga. ¿Porque ese miedo a la soledad? ¿Alguien puede explicármelo? Me encanta los momentos en soledad y la compañía de mis amigos y creo que la tercera compañía será la de un amor, pero no me conformo con un amor de compra y venta, un amor de ocasión o un amor de conveniencia... Cuando nos conformamos, cuando tiramos la toalla y dejamos de creer en el amor, perdemos una parte de nuestra  alma de nuestro ser. El amor debe ser recíproco hacernos  crecer, hacemos reír,
Ha pasado tiempo desde que no hablamos. Ya olvide tu voz y tu risa. Ya borre tus mensajes y tu número también aunque aún lo tenga en una notita por si acaso (pero que mentira más grande, si aún conservo los mensajes de cuando me querías, y, tal vez aún tenga tu contacto en mi teléfono, quizá con otro nombre para que no traiga demasiados recuerdos). Ya no me atormento por pensar en quién estarás pensando. Trato de mantenerme ocupada para no pensarte. El tiempo... El maldito tiempo, ¿Sabes? Quizá después de todo tenían razón en decirme que algún día dejarías de doler, porque está pasando de a poco, las heridas van cerrando y mi corazón va curando. Ya no escucho a tu artista favorito, ni tu canción favorita; tampoco escucho la canción que te dedique. Las noches ya no son tan malas sin ti, he dejado de llorar por tu ausencia y así mismo de pensar que fue por mi culpa que te alejaste. Porque te fuiste porque quisiste, esa fue tu decisión y ya por fin la acepté. Te estoy dejando ir poco a p
Querido… No, querido no, porque ya no te quiero. Suena rotundo. Sin embargo, tú lo denigrarás a considerarlo como algún otro de mis tantos momentos dramáticos. Lo tomarás, por tu propio (y detestable) ego, como otro intento para recuperarte. Como si, verdaderamente, me quedaran motivos para quererte de vuelta. Aún tengo presentes todas esas cosas que hice por ti, todas esas cosas que te di. Pero, a decir verdad, cada detalle lo siento como un lamento. A cada imagen de los detalles que te di, le encuentro un chantaje. A mí tampoco me quedaba más amor que pudiera darte. Quizá yo, en nuestra relación, fui quien quería más. Y, sin embargo, dejarte, significó que al menos uno de los dos se hartó de ser cobarde. He crecido, he cambiado. Ha pasado tiempo desde que no te recuerdo (ni con rencor ni sin él). Saliste de mi vida. No por alarde al cuento de “dejar entrar a alguien mejor,” sino sacar lo que no cabía. No cabían más lágrimas, no cabía más rencor, no cabía más tristeza, no c
En la INDIA se enseñan las "Cuatro Leyes de la Espiritualidad" La primera dice: "La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación. La segunda ley dice: "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo. La tercera dice: "En cualquier momento
El día que empecé a quererme, dejé de necesitar culpables. No tuve más necesidad de lanzar mis miedos a la cara de nadie. No fue preciso justificarme ni reprochar. Descubrí que la vida era inocente y no conspiraba contra mí. El día que empecé a tenerme en cuenta, de repente no estuve ni encima ni debajo de nadie. Mis principios eran los míos. No necesitaba defenderlos ni imponerlos. Ni siquiera precisaba perpetuarlos en el tiempo, porque podía ir adaptándolos a mi crecimiento vital. Descubrí que no requería aprobar ni ser aprobado. El día que empecé a considerarme mi propio compañero, no volví a estar solo. Ya no fue necesario mendigar reconocimiento ni sacrificar mi esencia. Me liberé de la necesidad de sentirme arropado y, paradójicamente, encontré más abrazos que nunca. Descubrí que, en realidad, la soledad medía mi propia ausencia. El día que empecé a decir no cuando lo necesitaba y sí cuando lo sentía, dejaron de ser importantes los asentimientos o las negaciones. Entendí, a u
Hoy les voy a hablar de una Chica. Una Chica que podría tararear una canción de Los Beatles todo el día, de una Chica con muchos lunares que bien podría ser su cuerpo una galaxia de estrellas rotas y bien podría ser su corazón el sol alumbrado y haciendo girar sus sueños por ahí, les hablaré de una Chica sin pelos en la lengua y con más agallas que un soldado alemán, una Chica con cabello más rebelde que los Sex Pistols y sonrisa casi estampado, una Chica que podría defenderte de un gigante y mover masas sólo con bostezar, una Chica con letra bonita y pies diminutos más lentos que una tortuga y listos para patear un balón o el trasero de quién te lastimé, una Chica que podría estar bailando o leyendo algún libro en su celular, chica con mejores amigas que no ve más de 3 veces al año y cariño por la luna, una Chica con cintura chica y dientes blancos, les voy a hablar de una que no es de buenas notas pero que sí se lo propone podría purificar el mar, divertida y única, quizá de corazó
Regresaron los vicios... No hablo del cigarro, hablo de ese vicio mío de estar sola y extrañarte, de querer volver, no hablo de alcohol, hablo de mis ganas de llamarte, de ser cruel conmigo y recordarte, no hablo de las drogas, hablo de querer soñarte, de querer que todo vuelva a ser como cuando nos empezamos a tratar, de querer hacer mil planes contigo, tener bromas de diferente gusto, inventar excusas para estar más tiempo junto a ti y que no me regañaran mis padres, despertarme y ver un mensaje tuyo con un montón de palabrería bonita, porque eso es lo que fue pura palabrería que al final termino siendo sexo sin compromiso para poder estar junto a ti y tener que tragarme las lagrimas y los recuerdos porque tu habías encontrado a alguien más que te daba ternura y amor, cosa que siempre fue un pleito entre nosotros ya que siempre me reclamabas por no ser expresiva, ni afectiva en publico ni estando solos, lo que nunca entendiste es que yo creí que al escribirte entenderías porque no s
Mis hombros duelen a montones. Supongo que es el estrés por pensar demasiado en un montón de cosas; cuestiones que acabarán dejándome en una calle sin retorno. Así, estilo titular de periódico sensacionalista. Así siento que es mi vida ahora, llena de problemas y transiciones por la edad. Mis padres no me lo hacen fácil. Me educaron con esa sobreproctección que hoy no me permite tomar decisiones fácilmente. Pero, no hay que hablar de ello ahora, sino de lo que me pone a llorar en éste instante mientras escribo: crecer. Me da un pánico terrible despertar y ver que debo tomar un millón de decisiones. Cosas que dependen de hacer todo bien, porque sino todo se viene abajo. Papá con su carácter, mi hermano en la adolescencia, mi madre sin dormir y yo tratando de buscar plata; con esa tendencia horrible a deprimirme por mis errores y fracasos, sin un amigo decente que no sea mi pareja, sin una amiga que que pueda llegar a escucharme y consolarme más allá de un teléfono . Ese con quien teng