Ir al contenido principal
El amor es frío un domingo por la mañana, una manta de ale hop que siempre acaba escogiendo ella y un sofá en el que por muy pequeño que sea, siempre caben dos, aunque te pisen una pierna o su cabeza secuestre tu brazo hasta que lo insensibilice. Es Netflix o HBO. Las negociaciones para escoger que ver y unas cuantas horas de abrazos y besos entre pausas para ir al baño o pausas para el sexo. Es algo en lo que piensas en el trabajo, en el metro o en cada rato que tu mente te redirige a ella. Un rostro parecido, un mensaje o ese parque al que deseas volver de su mano. Son tiempos muertos, de espera. Un gif de un corazón roto que dice, o pretende ser, un te echo de menos. 

Conversaciones que no se acaban a la luz de las velas o bajo neones de discoteca. En ese rincón de cigarro y excusa porque dentro, entre subwofers, tacones y camisas de botones forzados, las palabras no llegan. El amor se basa en actos, gestos, palabras. También en lágrimas, dolor, cambio y sensaciones y miedos, a veces distancia y tiempo. En elecciones, a veces, egoístas. El amor desgarra, retuerce intestinos y deja vacíos los espacios que eran de ella. Es un proceso de vida. Te destroza pero también construye. Une a personas distintas y descubre partes de ti que quizá desconocías. 

Lo verdadero gusta, sienta bien y palpita. Hace del acto mas común un momento extraordinario. Y ese domingo te despiertas y os miráis porque habéis decidido hacerlo. Un acuerdo exclusivo entre vosotros que no involucra a nadie más. Pretendidamente infinito y único. El amor es amor solo si tú quieres. Si dejas que se te cuele por las entrañas, te cale los poros y te vuelva imbécil. Si dejas que te partan el pecho y te dejen sin aire. Si estás dispuesto a amar, pero sobretodo a amarte. 

El amor es algo así como ese primer día en el que te cruzas con ella y la miras y, si el mundo estuviera menos loco y fuera mas valiente, te pararías frente a ella y le dirías, sé tuya, no mía, pero a mi lado. Porque no hay imbécil en este mundo que te mire tan profundo y te bese tan despacio.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Conoces las principales áreas de la Psicología?

Hoy les vengo a hablar de mi profesión, y en lo personal les hablare de unas cuantas áreas que hay dentro de esta hermosa carrera, de la que estoy profundamente orgullosa de haber estudiado, así que te pregunto ¿Conoces las principales áreas de la Psicología?  El psicólogo no es sólo quien se preocupa del mal comportamiento, no es sólo el que trabaja con aquel al que algún trastorno de personalidad le aqueja, ¡para nada! El psicólogo es mucho más y puede servir a la sociedad desde distintas áreas, algunas más lucrativas que otras, otras más satisfactorias que algunas, nuestro campo de labor es impresionante. Hoy por hoy, la psicología se podría dividir en las siguientes áreas de intervención: Psicología educativa:  que se preocupa de apoyar y desarrollar políticas integrativas de educación, estudiando los distintos mecanismos y estilos de aprendizajes y tratando de adecuarse a las distintas realidades interpersonales e interdisciplinarias. Psicología forense o jurídica
Freud decía que las coincidencias no existen; que cuando nos topamos con alguien de casualidad es porque ya lo habíamos visto antes con el rabillo del ojo y lo dejamos pasar, pero se quedó ahí, en nuestro subconsciente y no paramos hasta conseguirlo. Quizás eso es lo que me pasa contigo, tal vez en algún momento me topé contigo sin darme cuenta, quizás en otra vida o en un tiempo que no logro recordar. El hecho es que quiero intentarte hasta que me salgas bien; y no sé si llamarte coincidencia, casualidad o destino, lo que sé es que quiero seguir topándome contigo en el camino hasta poder un día terminarlo contigo.

¿Por qué creemos que las emociones vienen del corazón?

Pues bien, estoy segura que muchos hemos dicho (y me incluyo porque antes de que estudiará Psicología yo también cometía ese error) que todo lo que sentimos proviene del corazón, pero lo cierto es que lo que sentimos en nuestro sistema cardiovascular es simplemente una reacción provocada por el cerebro. Algunas civilizaciones antiguas creían que el alma se ubicaba en el corazón, y era allí de donde surgían los sentimientos y emociones. Tanto así que la palabra «recordar» (que hoy relacionamos con la memoria y sabemos que la memoria está en el cerebro) significa «volver a pasar por el corazón». Pero más allá de la concepción mitológica del corazón, hoy conocemos sus funciones y sabemos que nada tiene que ver con los sentimientos, pensamientos y recuerdos. ¿Por qué continuamos relacionando el corazón con las emociones y, en particular, el amor? ¿Qué tiene que ver el corazón con el amor? Bueno, el amor aún es un gran misterio para la ciencia, pero los científicos tienen algunas p